DOS SITIOS UNIDOS POR SU NOMBRE Y POR SU HISTORIA.

 

           En Cuba el nombre de José Martí se
reitera en  lugares públicos, escuelas y
otros centros relacionados principalmente con la cultura y la enseñanza por el
significado que encierra este prócer para los hijos de la Isla, pero en Villa Clara, en
el mismo centro del país, existen dos en los que la coincidencia se repite
también en la fecha fundacional.

            Uno de ellos es el Paseo Martí de Caibarién,  una alameda arbolada, de seis cuadras de
largo, adornada por majestuosas palmas, que lo convierten en un agradable lugar
de reunión y en el sitio de recordación al Maestro.

     Allí, casi al medio del Paseo está la
estatua de Martí desde marzo de 1926, pues según me cuenta Benito Carreras,
investigador del municipio,  el
nacimiento de la Plaza
se inscribió el 24 de febrero de 1926 –hace ahora 78 años- pero no fue hasta un
mes después que se develó la
Estatua de Mármol de Carrara esculpida por el artista
italiano Salvatori.

        La pieza escultórica es la más grande
que existe en el territorio, pues reproduce a tamaño normal al más genial de
los cubanos, de espalda al Norte y con la mano derecha extendida, como
indicando el camino, sobre un pedestal que lo eleva a más de 3 metros.

          A sus pies aparece una dedicatoria
del pueblo de Caibarién, con el escudo del ancla dorada sobre el mar azul
celeste, como caracterizando esa tierra de pescadores donde nace el Pedraplén
que conduce a la
Cayería Noreste de los Jardines del Rey.

             Otro 24 de febrero, un año antes,
en 1925, abre sus puertas en Santa Clara la Biblioteca del
Gobierno, en el propio edificio de la antigua gobernatura, que después de 1959
se convirtió en su totalidad en la Biblioteca Martí,
un edificio de arquitectura ecléctica, en el entorno del Parque Vidal, que por
su buen estado físico el pasado año recibió una mención del Premio Nacional de
Conservación.

               La Biblioteca Martí
es un centro que rinde homenaje al Héroe Nacional por todas las enseñanzas que
atesora para ofrecerlas a los más de 150 mil villaclareños que cada año hacen
uso de ella

                Tiene este lugar un gran valor
histórico también porque desde allí hablaron Máximo Gómez y después Fidel
Castro al paso de la Caravana
de la Victoria
el 6 de enero de 1959 y luego en su Sala Caturla, donde se yergue el Busto en
Bronce de Martí, se velaron los restos del Che Guevara y varios de sus
compañeros de lucha en la Guerrilla Boliviana, para cumplir el legado
martiano de que “Honrar honra”.

                  Dos sitios unidos por su
fecha fundacional y por su nombre, que en el mismo centro de Cuba rinden
homenaje a José Martí, el hombre que dijo: “Honrar a los muertos es vigorizar a
los vivos”.