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Mensaje de Fidel Castro en la presentación de “La contraofensiva estratégica”

Mensaje de Fidel Castro en la presentación de “La contraofensiva estratégica”

Mensaje de Fidel Castro en la presentación de “La
contraofensiva estratégica”



 



Defender la paz no
significa para un


verdadero revolucionario renunciar a los principios de justicia, sin
los


cuales la vida humana y la sociedad carecerían de sentido, destacó hoy

el líder de la
Revolución cubana, Fidel Castro.



 



Estamos en un momento excepcional
de la Historia
humana.



En estos días se cumplen lfidels plazos concedidos por el Consejo de

Seguridad de Naciones Unidas para que Irán cumpla las exigencias,

dictadas por Estados Unidos, relacionadas con las investigaciones

nucleares, y el enriquecimiento de uranio para fines médicos y la

producción de energía eléctrica.



Es lo único que se le puede probar.



El temor de que busca la producción de armamento nuclear, es sólo una
suposición.



En torno al delicado problema, Estados Unidos y sus aliados

occidentales, entre ellos, dos de las cinco potencias nucleares con

derecho a veto, Francia y el Reino Unido, apoyados por las potencias

capitalistas más ricas y desarrolladas del mundo, han promovido un

número creciente de sanciones contra Irán, un rico país petrolero y de

religión musulmana. Hoy las medidas aprobadas incluyen la inspección de

sus mercantes, y durísimas sanciones económicas que conducen a la

estrangulación de su economía.



He seguido de cerca los graves peligros que encierra aquella

situación, ya que de producirse un estallido bélico en ese punto, la

guerra rápidamente se tornaría nuclear, de consecuencias letales para el

resto del planeta.



No buscaba publicidad o sensacionalismo al señalar esos peligros.

Sencillamente, alertar a la opinión mundial con la esperanza de que,

advertida de tan grave peligro, pueda contribuir a evitarlo.



Al menos, se ha logrado atraer la atención sobre un problema que ni

siquiera se mencionaba en los grandes medios de opinión mundial.



Ello me obliga a utilizar una parte del tiempo destinado al

lanzamiento de este libro, en cuya publicación trabajamos con ahínco. No

quería que coincidiera con los días 7 y 9. En el primero se cumplen los

90 días dispuestos por el Consejo de Seguridad, para conocer si Irán

cumplió o no, con el requisito de autorizar la inspección de sus

mercantes. La otra fecha, señala el cumplimiento de los tres meses de

plazo señalados en la
Resolución del 9 de junio, posiblemente dicho

plazo era la intención del Consejo.



Hasta ahora, sólo tenemos la insólita declaración del Director

General de la OIEA
(Organización Internacional de Energía Atómica), el

japonés Yukiya Amano, un hombre de los yankis. Este echó toda la leña al

fuego y, como Poncio Pilato, se lavó las manos.



Un portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de Irán comenta con

merecido desprecio su declaración. Un despacho noticioso de la agencia

EFE, señala que su afirmación de que “‘Nuestros amigos no deben

preocuparse, ya que no creemos que nuestra región esté en condiciones

para nuevas aventuras militares’, e ‘Irán está totalmente preparado para

responder frente a cualquier invasión militar’ era una obvia referencia

al líder cubano Fidel Castro, ‘quien alertó de la posibilidad de un

ataque nuclear israelí a Irán con el apoyo de Estados Unidos’.”



Las noticias sobre el tema se suceden, y se mezclan con otras de notable
repercusión.



El periodista Jeffrey Goldberg, de la revista The Atlantic, ya

conocido por nuestro público, publica partes de la larga entrevista

sostenida conmigo, algunos de cuyos puntos interesantes ha ido

programando, antes de un futuro y extenso artículo.



“Hubo muchas cosas extrañas durante mi reciente estancia en la

Habana, [...] -cuenta él- pero una de las más inusuales fue
el nivel de

auto examen de Fidel Castro. [...] pero el hecho de que Castro estuviera

dispuesto a admitir que había cometido un error en un momento crucial

de la Crisis
de los Misiles en Cuba parecía algo verdaderamente

sorprendente [...] que se arrepentía de haberle pedido a Jruschov que

lanzara los cohetes nucleares contra los Estados Unidos.” Es cierto, que me
abordó el tema y me hizo la pregunta. Textualmente, como él lo

expone en una primera parte de su reportaje, sus palabras fueron: “Le

pregunté: En cierto momento parecía lógico que usted le recomendara a

los soviéticos que bombardeasen a los Estados Unidos. ¿Lo que usted

recomendó aún le parece lógico en estos momentos? Fidel respondió:

Después de haber visto lo que he visto, y no valía la pena en lo

absoluto.”



Yo le había explicado bien, y consta por escrito, el contenido del

mensaje “…si Estados Unidos invadía a Cuba, país con armas nucleares

rusas, en esas circunstancias no debía dejarse dar el primer golpe, como

el que asestaron a la URSS
cuando el 22 de junio de 1941, el ejército

alemán y todas las fuerzas de Europa atacaron a la URSS.”



Puede observarse que de esa breve alusión al tema, en la
segunda

parte de la entrega al público de esa noticia, el lector no podría

percatarse de que “si Estados Unidos invadía a Cuba, país con armas

nucleares rusas”, en ese caso yo recomendaba impedir que el enemigo

asestara el primer golpe, ni tampoco de la profunda ironía de mi

respuesta “…de haber sabido lo que ahora s酔, en obvia referencia a la

traición cometida por un Presidente de Rusia que, saturado de sustancia

etílica, entregó a Estados Unidos los más importantes secretos militares

de aquel país.



En otro momento de la conversación Goldberg cuenta: “le pregunté si

él creía que el modelo cubano era algo que aún valía la pena exportar.”

Es evidente que esa pregunta llevaba implícita la teoría de que Cuba

exportaba la Revolución.
Le respondo “El modelo cubano ya no funciona ni

siquiera para nosotros.” Se lo expresé sin amargura ni preocupación. Me

divierto ahora al ver cómo él lo interpretó al pie de la letra, y

consultó, por lo que dice, con Julia Sweig, analista del CFR que lo

acompañó, y elaboró la teoría que expuso. Pero lo real es que mi

respuesta significaba exactamente lo contrario de lo que ambos

periodistas norteamericanos interpretaron sobre el modelo cubano.



Mi idea, como todo el mundo conoce, es que el sistema capitalista ya

no sirve ni para Estados Unidos ni para el mundo, al que conduce de

crisis en crisis, que son cada vez más graves, globales y repetidas, de

las cuales no puede escapar. Cómo podría servir semejante sistema para

un país socialista como Cuba.





Muchos amigos árabes, al escuchar que me entrevisté con Goldberg, se

preocuparon y enviaron mensajes señalándolo como “el mayor defensor del

Sionismo”.



De todo esto se puede deducir la gran confusión que existe en el

mundo. Espero, por ello, que lo que les cuento sobre mi pensamiento sea

útil.



Las ideas expuestas por mí, están contenidas en 333 Reflexiones,

vean que casualidad, y de ellas, las últimas 26 están referidas

exclusivamente a los problemas del medio ambiente y al inminente peligro

de una conflagración nuclear.



Ahora debo añadir en muy breve síntesis.



Siempre he condenado el Holocausto. En las Reflexiones “El discurso

de Obama en el Cairo”, “El zarpazo al acecho” y “La opinión de un

experto”, lo expuse con toda claridad.



Nunca he sido enemigo del pueblo hebreo, en el que admiro su

capacidad de resistir durante dos mil años la dispersión y la

persecución. Muchos de los más brillantes talentos, Carlos Marx y Albert

Einstein, fueron judíos, porque es una nación en la que los más

inteligentes sobrevivían, en virtud de una Ley natural. En nuestro país,

y en el mundo, fueron perseguidos y calumniados. Pero esto es sólo un

fragmento de las ideas que defiendo.



Ellos no fueron los únicos perseguidos y calumniados por sus

creencias. Los musulmanes, durante bastante más de 12 siglos, fueron

atacados y perseguidos por los cristianos europeos, debido a sus

creencias, como lo habían sido los primeros cristianos en la antigua

Roma antes de convertirse en la religión oficial de aquel imperio. La

historia debe ser admitida y recordada tal como es, con sus trágicas

realidades y sus feroces guerras. De eso he hablado y, por ello, con

toda razón explico los peligros que hoy corre la humanidad, cuando estas

se han transformado en el mayor riesgo de suicidio para nuestra frágil

especie.



Si a eso le añadiera una guerra con Irán, aunque fuese de carácter

convencional, más valdría que Estados Unidos apagara la luz y se

despidiera. ¿Cómo podría resistir una guerra contra 1 500 millones de

musulmanes?



Defender la paz no significa, para un verdadero revolucionario,

renunciar a los principios de justicia, sin los cuales, la vida humana y

la sociedad carecerían de sentido.



Sigo pensando que Goldberg es un gran periodista, capaz de exponer

con amenidad y maestría sus puntos de vista, que obligan a debatir. No

inventa frases, las transfiere y las interpreta.



No mencionaré el contenido de otros muchos aspectos de nuestras

conversaciones. Respetaré la confidencialidad de los temas que

abordamos, mientras espero con interés su extenso artículo.



Las actuales noticias que llegan en torrente de todas partes, me

obligan a cumplimentar su presentación con estas palabras, cuyos

gérmenes están contenidos en el libro de “La contraofensiva estratégica”

que acabo de presentar.



Considero que todos los pueblos tienen derecho a la paz y al

disfrute de los bienes y recursos naturales del planeta. Es una

vergüenza lo que está sucediendo con la población en muchos países de

África, donde se ven millones de niños, mujeres y hombres esqueléticos

entre sus habitantes a causa de la falta de alimentos, de agua y de

medicinas. Son asombrosas las noticias gráficas que llegan del Oriente

Medio, donde los palestinos son privados de sus tierras, sus casas son

demolidas por monstruosos equipos y, hombres, mujeres y niños,

bombardeados con fósforo vivo y otros medios de exterminio, así como

dantescas las escenas de familias exterminadas por las bombas lanzadas

sobre los poblados afganos y paquistaníes, por aviones sin pilotos, y

los iraquíes, que mueren después de años de guerra, y más de un millón

de vidas sacrificadas en esa contienda impuesta por un Presidente de

Estados Unidos.



Lo último que podía esperarse eran las noticias de la expulsión de

los gitanos franceses, víctimas de la crueldad de la extrema derecha

francesa, que eleva ya a siete mil de ellos, las víctimas de otra

especie de holocausto racial. Es elemental la enérgica protesta de los

franceses, a los cuales, simultáneamente, los millonarios limitan el

derecho a la jubilación, a la vez que reducen las posibilidades de

empleo.



De Estados Unidos llegan noticias de un pastor del estado de la

Florida, que se propone quemar en su propia iglesia, el Libro
Sagrado

del Corán. Hasta los jefes militares yankis y europeos en misiones

punitivas de guerra se estremecieron ante una noticia que consideraban

riesgosa para sus soldados.



Walter Martínez, el prestigioso periodista del programa Dossier de Venezolana
de Televisión, estaba asombrado de tanta locura.



Ayer, jueves 9, en horas de la noche, llegaron noticias de que el

pastor había desistido. Sería necesario saber lo que le dijeron los

agentes del FBI que lo visitaron “para persuadirlo”. Fue un descomunal

show mediático, un caos, cosas propias de un imperio que se hunde.



Agradezco a todos ustedes la atención prestada.



Septiembre 10 de 2010



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