Blogia
CubanitaSoy

Carta de Pablo Milanes a Edmundo García.

Carta de Pablo Milanes a Edmundo García.

QUE DECEPCION PARA TANTOS CUBANOS QUE CREIMOS EN EL Y EN SU PALABRA EMPEÑADA.



En respuesta a su artículo del 26 de agosto de 2011



Edmundo,



Hace años estás intentando hacerme una entrevista sin éxito, hasta el punto
de resultar insoportablemente insistente porque además, para colmo, en tu
petición posteriormente iban tus entrevistas adjuntas, esas entrevistas que no
tuve más remedio que clasificar como "correo no deseado", para al fin
librarme de ellas.



En esa primera ocasión en que nos encontramos, ibas oportunamente mal
acompañado y no tuve más remedio que pensar para mis adentros "Dios los
cría…". No obstante te explicaré por qué nunca hubiera hecho una
entrevista contigo: vi en ti, con mi intuición natural para esas cosas, las
nueve señales del hijo de puta que son, no sé si sabes, clasificaciones que
hizo Don Camilo José Cela, en su novela Mazurca para dos muertos y que ha
llegado a ser, en la historia, famosa por su visión extraordinaria de lo que es
un ser execrable a primera vista. Voy a mostrarte esas nueve señales que son:



1. Pelo ralo



2. Baja estatura y canijo



3. Cara pálida



4. Barba por parroquia



5. Manos blandas, húmedas y frías



6. Mirar huido



7. Voz atiplada



8. Pijo flácido y doméstico



9. Avaricia



Con esta referencia sobra decirte por qué nunca he confiado en ti.



Edmundo, tienes una forma de hacer periodismo que no es tal; coges a tus
víctimas (a tus entrevistados), no los indagas, los cuestionas, los destrozas
con una autoridad que no sé cuál ser poderoso te ha otorgado y terminas
triunfante ante una persona apabullada por el terror de tus palabras que
recuerdan un viejo estilo autoritario, ridículo y obsoleto. Esa es a mi juicio
la esencia de tu programa.



Cuando leí tu panfleto mi primera reacción fue ver a una niña en la
pubertad, asombrada y ruborizada ante su primera menstruación, miedosa de
cometer pecado ante una manifestación natural de su desconocido organismo. Esa
fue la primera impresión, pero la segunda, fue más solemne y peligrosa: me di
cuenta de que no solamente eras todo lo que yo había pensado, sino más aún,
estabas ingresando en ese grupo selecto de la ultraderecha miamense que no
admite reconciliaciones, críticas y que cuyo único neolítico gesto es romper
discos con aplanadoras. Tú, al igual que ellos, no quieres amor, quieres odio,
tú al igual que ellos, no quieres reconciliación, quieres rencores y desunión,
tú en suma, no quieres al pueblo cubano, ni de allá ni de acá. Edmundo, tú no
quieres a nadie y no me hubiera extrañado verte en esa “enorme” turba gritando
"Abajo, abajo", donde sin duda alguna hubieras sido bien recibido.



Has insinuado que la prensa de Miami y España se aprovecha y utiliza mis
palabras en vez de beneficiarme de ese espacio para arremeter contra el
imperialismo. Edmundo, estás equivocado, soy yo el que me sirvo de esos
periódicos para que difundan las entrevistas que en Cuba me están negadas y que
sueño con que aparezcan en el Granma y las lea todo el pueblo y que un solo
periodista, uno solo de los tantos miles que hay en la isla, tenga lo que hay
que tener para dar a conocer lo que tantos años llevo expresando; es más, como
un punto de partida planteo que tu panfleto y esta carta se publiquen en el
Granma y que el pueblo las lea, piense, sepa discernir por si mismo, y de una
vez, dónde está la verdad y vayamos por el camino de las libertades individuales
que tenemos que rescatar y que tú con tu actitud estás negando.



0 comentarios