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Reflexiones del compañero Fidel: Chávez, Evo y Obama (Primera Parte)

Reflexiones del compañero Fidel: Chávez, Evo y Obama (Primera Parte)

Siempre se ha dicho que el hombre es el único animal que choca dos veces con la
misma piedra. Si lo anterior lo aplicamos a las declaraciones de los políticos
norteamericanos en relación con Cuba, se confirma la regla.  Bill Richardson es
el último ejemplo. El hombre llegó a La Habana en una visita privada y todo hace
indicar que llegó con ínfulas de pro cónsul. Por lo menos por las declaraciones
que le hizo a la prensa en las terrazas del Hotel Nacional, dio la impresión que
se sentía con todo el poder del mundo para chantajear al gobierno
revolucionario.  Richardson llegó a afirmar que no se iba de Cuba hasta que no
viera al señor Alan Gross, el norteamericano que fue condenado por los
tribunales cubanos por realizar actos condenables por las leyes cubanas
vigentes. El ex gobernador no solo exigía que lo dejaran ver al recluso, sino
que al mismo lo denominaba como un "rehén" de las autoridades cubanas.  Bueno,
pues se tuvo que ir de Cuba tal y como había llegado, más tranquilo que estate
quieto.


Hace muy
poco, también el presidente Barack Obama y la Secretaria de Estado Hillary
Clinton exigían al gobierno cubano que pusiera en libertad al señor Gross.
  ¿Exigirle al gobierno cubano?  Sería comprensible que se le pidiera al
gobierno que preside Raúl Castro que, por motivos humanitarios, se deje en
libertad a Gross, de igual modo que se le ha pedido al presidente Obama que
también por motivos humanitarios deje en libertad a los cinco cubanos que llevan
trece años presos en las cárceles estadounidenses. Con notables diferencias
entre un caso y el otro, tanto los jóvenes cubanos como el no tan joven Gross
fueron hallados culpables por los tribunales norteamericanos y cubanos,
respectivamente.


En primer
lugar, los cubanos fueron condenados por espiar a las organizaciones terroristas
anticubanas de Miami con el propósito de evitar acciones por parte de las mismas
con la intención de crear el terror en Cuba para que de esa manera fuera
derrocado el gobierno de la isla.  Gross fue hallado culpable por distribuir
teléfonos satelitales entre los individuos residentes en Cuba que también buscan
el derrocamiento del gobierno revolucionario.


Mirado de
esa manera, los cubanos fueron condenados por evitar actos terroristas en Cuba y
el norteamericano fue condenado por repartir instrumentos que bien podrían ser
utilizados para llevar a cabo esos tipos de actos en las calles cubanas.
 Ninguno fue condenado por tratar de derrocar el gobierno de los Estados Unidos,
ni de intentar llevar a cabo actos en contra de la seguridad de este país.  La
principal diferencia entre un caso y el otro está en las condenas que
recibieron.  Los cubanos antiterroristas recibieron desde 15 años de prisión
hasta dos cadenas perpetuas, ya llevan 13 presos, mientras que el
norteamericano solo fue sentenciado a 15 años, de los cuales aun no ha llegado a
cumplir dos.  Observando ambos casos objetivamente tenemos que decir que los
tribunales cubanos fueron mil veces más clementes y humanitarios que su
contraparte norteamericana, incluso, que a Gross lo han tratado mil veces más
humanamente en prisión que lo que han sido tratados los jóvenes cubanos.  Esa es
una verdad innegable.


 Como bien
se sabe, los cubanos fueron arrestados por haber tratado de buscar información
antiterrorista entre los terroristas de origen cubano y como bien quedó
demostrado en el juicio, en ningún momento trataron de hacerle daño a los
Estados Unidos o a su seguridad interna.  Muchos que han sido arrestados en este
país por haber estado espiando para otros han sido condenados  a penas mucho más
ligeras que estos jóvenes cubanos, con los cuales los tribunales norteamericanos
han sido despiadados.


Hace unos
días, leí un artículo que publicó el periódico USA Today del periodista DeWayne
Wickham en el cual mencionaba el caso de los 10 espías rusos que fueron
arrestados el año pasado por el FBI y que después de ser presentados en la corte
federal acusados de actuar como agentes de un país extranjero, en poco más de
una semana fueron canjeados por cuatro espías británicos y norteamericanos que
estaban presos en Moscú.  El periodista se pregunta el por qué no se ha hecho un
canje entre los cinco cubanos por el norteamericano. También yo me lo
preguntaría.


 Si el
gobierno cubano quiere la libertad de los cinco compatriotas y el gobierno
norteamericano quiere la libertad de Gross, no hay nada que impida que ambos
gobiernos puedan hacer lo que se hizo con los rusos y los norteamericanos e
ingleses. Ya que no se liberan por motivos humanitarios, pues que se liberen a
través de un canje de conveniencia. Estoy casi seguro que el gobierno cubano lo
aceptaría.  ¿Qué razón puede existir para que el gobierno de los Estados Unidos
no lo haga?


 


*Lázaro Fariñas periodista cubano residente en
EE.UU.

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