Luchar por la vida es nuestro deber
Entrevista al doctor Armando Caballero, jefe de los
Servicios de Terapia Intensiva del Hospital Universitario Arnaldo Milián
Castro, de Santa Clara. Consideraciones sobre el estado de salud del paciente
Guillermo Fariñas.
Ciencia, humanismo, profesionalidad y los más avanzados y
costosos tratamientos se han empleado en la lucha por salvarle la vida al
paciente Guillermo Fariñas. Ciencia, porque se le han aplicado los últimos
adelantos para atender su caso; humanismo y profesionalidad, porque recibe los
servicios de prestigiosos especialistas, quienes enarbolan la máxima de que
luchar por la salud del ser humano es lo primero; y los más avanzados y
costosos tratamientos, porque el Estado cubano no ha escatimado esfuerzos por
garantizarle a esta persona los medicamentos necesarios de última generación,
que se emplean en los más reconocidos centros asistenciales, muchos de los
cuales son adquiridos en el exterior.
Fariñas fue ingresado el 11 de marzo en la unidad de cuidados intensivos del
Hospital Universitario Arnaldo Milián Castro, en la ciudad de Santa Clara.
Desde hace más de 120 días inició un ayuno voluntario que pone hoy en peligro
su vida.
Interesados en su actual estado de salud nos dirigimos a la institución asistencial
ubicada en la central provincia cubana y conversamos con el doctor Armando
Caballero, jefe de los Servicios de Terapia Intensiva del hospital.
La primera interrogante que le hicimos al especialista de Segundo Grado y
fundador de esa unidad asistencial, es que nos explicara desde su experiencia
cómo es posible que esta persona, transcurridos cuatro meses en ayuno aún
sobreviva.
"Es la pregunta que se hace todo el mundo expresó, realmente una persona
sin ingerir alimentos por vía alguna no puede sobrevivir tanto tiempo, pero
este no es el caso de Fariñas".
Explicó el doctor Caballero que "este paciente se niega voluntariamente a
comer por vía oral. Lleva 125 días en esta situación, pues estuvo dos semanas
en su casa durante las cuales dice que no ingirió alimentos antes de ser
internado en nuestro servicio, donde lleva 110 días. Lo recibimos con cierto
deterioro físico y por esa razón fue internado. Él aceptó, estaba consciente de
que le aplicáramos nutrientes, alimentación por vía parenteral, o sea, por las
venas.
El paciente está recibiendo aminoácidos que conforman las proteínas que todo el
organismo necesita, también se le provee de lípidos, vitaminas y minerales,
"todo lo que requiere una dieta balanceada para cualquier ser
humano", señaló el galeno y acotó: "A tal extremo que Fariñas llegó a
nuestra sala con 63 kilos de peso y en la actualidad está oscilando entre los
67 y 69 kilos. Ha aumentado su peso corporal durante su ingreso y ha sido
precisamente por la alimentación parenteral que está recibiendo".
¿Cuán comprometida está la salud del paciente en este momento?
Para hacer la alimentación por vía parenteral se requiere que algunos
nutrientes que tienen una alta osmolaridad (peso molecular) pasen por vías
centrales del organismo humano. Es decir que se requiere cateterizar venas
importantes de la parte superior del cuerpo como son las subclavias y las
yugulares internas, lo que tiene sus peligros y complicaciones, particularmente
cuando por esos catéteres parenterales van alimentos hiperosmolares, tales como
aminoácidos y dextrosa hipertónica.
En tales casos, los riesgos de infecciones en la sangre aumentan en los
pacientes que tienen de forma prolongada ese tipo de alimentación, quienes son
propensos a contaminarse e infectarse con bacterias o con hongos, incluso
pueden contraer otras complicaciones como la que ahora ha desarrollado este
paciente.
Pero esas complicaciones ¿Tienen que ver con los procederes médicos o con la
atención que ha recibido?
En lo absoluto. Esas complicaciones son comunes en los pacientes sometidos a
una alimentación de esta naturaleza.
Por ejemplo, a Fariñas en los 110 días que lleva en nuestra sala hemos tenido
necesidad de cambiarle el catéter diez veces. Durante su ayuno de 251 días en
el 2006 cuando también estuvo ingresado en este servicio hubo que pasarle 37
catéteres. Yo llevo 37 años trabajando en terapia intensiva y jamás atendí a un
paciente al que se le haya aplicado tantas veces este proceder.
A este caso le hemos combatido cuatro infecciones que se detectaron a tiempo y
se resolvieron con los medicamentos adecuados cuando se trata de estafilococos
áureos que se desarrollan en la sangre. El germen en cada ocasión fue aislado
de forma inmediata y combatido eficazmente por los antibióticos y medidas
específicas.
Desde el pasado fin de semana el paciente ha hecho otra complicación, que no es
solo una infección, es un poco más seria. En esta ocasión hizo una
tromboflebitis del componente yugulo-subclavio en las venas del cuello. Ese
trombo tiene un gran peligro, pues puede desprenderse e ir directo al corazón y
de ahí a los pulmones, y provocar un tromboembolismo pulmonar que puede matar a
una persona.
Ese inconveniente se ve con relativa frecuencia en los hospitales y es una de
las causas de muerte súbita, cuando los trombos son grandes, pero también puede
no desprenderse y ser disuelto con el tratamiento que estamos aplicando de
anticoagulantes y antibióticos. En esta oportunidad también hemos logrado
aislar el germen que provocó esa flebitis de venas centrales, que en este caso
se asocia a la presencia de un trombo venoso en el segmento yugulo-subclavio.
Desde el domingo hasta hoy hemos visto una discreta mejoría, aunque no podemos
afirmar que se descarte una complicación más seria. Nadie lo puede saber, ni
aquí ni en ninguna parte del mundo, si ese trombo se desprenderá o no.
Disponemos para esto de todos los medicamentos necesarios; además, cuando el
sábado pasado detectamos esta complicación del paciente discutimos
colectivamente el diagnóstico y tratamiento, y confirmamos la patología con
tecnología de punta.
¿Son estos los límites de la medicina en la lucha por la vida de este paciente?
Estamos en los límites, sobre todo ahora; un tema que hemos hablado mucho con
él con quien tenemos buenas relaciones médico-paciente es que abandone su
ayuno voluntario y comience a alimentarse para poder recibir las energías que
necesita por las fiebres presentes a causa de esta infección.
Estamos casi imposibilitados de alimentarlo por otro catéter, porque podrían
aparecer otras complicaciones, cuando ya hay una en curso. Ingerir alimentos en
su caso es un elemento importante en la lucha por la vida.
¿Cuáles son los efectos que podría causar esta conducta de Fariñas?
Consideramos que podría ser un empeoramiento de su cuadro, particularmente
nutricional, el cual hasta este momento lo hemos mantenido bastante estable
pese a su negación de ingerir alimentos por vía oral.
¿Y si decidiera comer?
El paciente está perfectamente preparado para la ingestión de alimentos. No hay
ninguna contraindicación al respecto. Solamente su deseo puede ser un factor
médico importante en la solución de su problema de salud.
¿Qué establecen las normas médicas ante la actitud de un paciente que ha
decidido no ingerir alimentos?
Como ya dije anteriormente, en mis 37 años en terapia intensiva he visto casi
20 mil pacientes, pero Fariñas es el único que he atendido en dos ocasiones
porque se ha negado voluntariamente a ingerir alimentos oralmente de forma prolongada.
Eso no es habitual. He visto muchos casos en este servicio, incluso he sido el
médico de personas que han hecho intentos suicidas por determinadas razones y
al final la mayoría quiere la vida. Eso es lo que los médicos de esta sala le
estamos pidiendo a Fariñas: que contribuya a la lucha por su vida.
Respondiendo la pregunta, no existen normas, solo es la ética médica lo que
vale. Uno de sus principios fundamentales es el de la autonomía, que establece
no aplicar algún proceder a un paciente sin su consentimiento. Eso lo
respetamos mucho.
Fariñas es un paciente que está consciente, orientado, en pleno uso de sus
facultades mentales y por tanto está en su derecho de aceptar o no, por propia
voluntad, la ejecución de cualquier acto médico. Es, a mi criterio, un mal
derecho que tiene la gente a matarse. Yo le he dicho a Fariñas que tiene una
conducta que atenta contra su integridad física.
Somos médicos para salvar vidas; sin embargo, la norma ante un caso como este
es respetar la voluntad de los pacientes. No podemos luchar contra esa
voluntad, a menos que éste se encuentre inconsciente y sea aprobado por sus
familiares allegados.
¿Explicaría usted más detalles sobre la atención que está recibiendo Guillermo
Fariñas?
Esta persona, como todos nuestros pacientes, es privilegiado. Dispone de un
acompañante las 24 horas. Tiene un televisor donde ve el mundial de fútbol y lo
que le gusta; además, cuenta con un teléfono directo, al igual que el resto de
los ingresados en la sala. Fuera del contexto médico, esas facilidades son
importantes para la espiritualidad del enfermo.
La terapia intensiva es cara en el mundo. Fariñas, como todos los cubanos que
necesitan de este servicio, no paga un centavo, gracias a nuestro sistema
sanitario.
Yo he tenido la oportunidad de trabajar en el extranjero, en países
subdesarrollados y en naciones del primer mundo. En Francia estuve un año y
medio y pude observar lo costoso que resulta la atención de una persona
ingresada en cuidados intensivos. Cuesta muy caro mantenerlo.
¿Y en cuanto a calificación médica, los equipos que se disponen, los exámenes
adicionales que se le han practicado?
Ahora en el tratamiento médico tiene a su disposición a todo el equipo de
terapia intensiva. Son diez médicos especialistas, de los cuales la mitad son
de Segundo Grado en Medicina Intensiva y Emergencia. Todos ellos trabajan con
Fariñas. Día por día se discute colectivamente el caso de este paciente, cómo
evoluciona, qué hacer, si falta algo para buscarlo¼
Usted ha dicho algo que me interesaría resaltar: "si falta algo para
buscarlo". Pregunto: ¿buscarlo dónde? ¿aquí? ¿en el exterior?
Aquí y en otros países. Se han comprado medicamentos para este y para otros
casos, porque muchos de los medicamentos tenemos que adquirirlos en el
exterior.
Por ejemplo, todos los nutrientes parenterales de Fariñas que son aminoácidos,
lípidos, vitaminas y oligoelementos vienen de Europa y eso lo compra Cuba, no
solo para el caso en cuestión, sino para otros cubanos que lo necesitan; sin
embargo, el único que lo precisa porque no quiere comer, es Fariñas.
¿Tiene idea de los costos al país por el tratamiento de este paciente?
Comparar los costos de Cuba con otros lugares es casi imposible. La medicina
cubana es, quizás, la más barata del mundo y tal vez una de las más eficientes,
porque aquí no se lucra con la medicina.
De lo que sí doy fe es que un día en una unidad de cuidados intensivos, en
cualquier país del primer mundo, no baja de mil 300 dólares, sin contar los
medicamentos y exámenes complementarios, y estamos hablando en este caso de 110
días y más de 300 pruebas de laboratorio.
Por ejemplo, nosotros le hacemos a este paciente el control de la glicemia.
Hasta hoy le hemos realizado 96, casi uno diario.
Ya le tratamos cuatro infecciones vasculares bacterianas graves que han
requerido antibióticos como vancomicina, ciprofloxacina, gentamicina y
rocephin; le hemos practicado 66 ionogramas para medir los electrolitos en
sangre y corregir cualquier alteración; le calculamos casi a diario la urea de
24 horas para evaluar el gasto nitrogenado de su organismo y garantizar un
balance adecuado.
Constantemente hemos monitoreado su sistema para evitar cualquier tipo de
alteración; es lo que nos ha permitido que el estado de Fariñas, después de 125
días, se mantenga nutricionalmente bastante aceptable, pero siempre con
peligro, porque eso como quiera que sea resulta antifisiológico, lo ideal sería
comer.
A esta persona se le han efectuado electrocardiogramas, radiografías,
ultrasonidos, tomografías multicortes. Hemos estudiado todo lo que ha sido
necesario.
Comentó que la relación médico-paciente ha sido buena. ¿Cómo evalúa el vínculo
médico-familia?
He conversado con la madre, la esposa y un tío, así como otras amistades. Hay
una buena comunicación medico-paciente, que logra todo menos que coma, una
petición casi constante que le estamos haciendo.
En resumen, yo creo que la relación que han tenido Fariñas y su familia con el
equipo médico y de enfermeras de nuestro servicio es adecuada. En el tiempo que
lleva ahí no he recibido la más mínima queja de la atención que se le brinda.
Todo lo contrario, él siempre habla de la profesionalidad del personal que lo
atiende, de la calidad de los médicos¼ incluso, dice que no quiere irse para
ninguna parte pese a que le han hecho, según refiere propuestas para llevarlo
al extranjero. Sin embargo, afirma que no se va porque aquí está la gente que
le ha salvado la vida. Él confía en nuestra medicina.
¿Cómo evalúa la situación actual de Guillermo Fariñas?
Hoy el paciente tiene un peligro potencial de muerte, porque depende de la
evolución de ese trombo que tiene alojado en el confluente yugulo subclavio
izquierdo, el cual se está tratando adecuadamente. Ojalá desaparezca, se
convertiría en una complicación más resuelta por nuestro equipo de médicos y
enfermeras, lo que continuaremos haciendo para preservarle su vida.
Fuente Granma
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