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Texto del discurso de clausura del 6to Congreso del PCC

Texto del discurso de clausura del 6to Congreso del PCC

El Primer Secretario del Partido Comunista de Cuba, Raúl Castro Ruz,
clausuró el VI Congreso de la organización política: “Nos vamos acercando al
final del Congreso, luego de intensas jornadas en las que los comunistas
cubanos hemos discutido y aprobado los Lineamientos de la Política Económica
y Social del Partido y la
Revolución, el Informe Central y diferentes resoluciones
sobre los principales asuntos analizados”, expresó Raúl al iniciar las
conclusiones del Congreso.



Compañeras y compañeros:



Nos vamos acercando al final del Congreso, luego de intensas jornadas en las
que los comunistas cubanos hemos discutido y aprobado los Lineamientos de la Política Económica
y Social del Partido y la
Revolución, el Informe Central y diferentes resoluciones
sobre los principales asuntos analizados.



Considero que la forma más digna y a la vez productiva de conmemorar el 50º
Aniversario de la Victoria
sobre la invasión mercenaria en Playa Girón, un día como hoy, el 19 de abril de
1961, es precisamente haber efectuado un magnífico Congreso del Partido,
reunión que culmina tras algo más de cinco meses del inicio de las discusiones
acerca de los Lineamientos, proceso de profundo carácter democrático y
transparente, cuyo protagonismo indiscutible lo asumió el pueblo bajo la
dirección del Partido.



Deseo, en nombre de los casi 800 mil militantes comunistas, de los mil
delegados al Congreso, de la nueva dirección de nuestra organización y en
particular, del compañero Fidel Castro Ruz, felicitar a todas las cubanas y
cubanos por su decisiva participación en el debate y la indudable demostración
de apoyo a la Revolución,
lo cual constituye para nosotros motivo de satisfacción y lo más importante,
una responsabilidad y compromiso superiores para lograr, con el concurso de
todos, la actualización del modelo económico a fin de garantizar el carácter
irreversible del Socialismo en Cuba.



Ya expresamos en el Informe Central que no nos hacíamos ilusiones de que los
Lineamientos y las medidas a ellos asociadas, por sí solos, fueran la solución
a todos los problemas existentes. Para alcanzar el éxito en esta cuestión
estratégica y en las demás, es preciso que de inmediato nos concentremos en
hacer cumplir los acuerdos de este Congreso, bajo un denominador común en
nuestra conducta: el ORDEN, la
DISCIPLINA y la EXIGENCIA.



La actualización del modelo económico no es un milagro que
pueda obrarse de la noche a la mañana, como algunos piensan; su despliegue
total se logrará gradualmente en el transcurso del quinquenio, pues es mucho el
trabajo de detalle, planificación y coordinación, tanto en el plano jurídico
como en la preparación minuciosa de todos los que intervengan en su ejecución
práctica.



También será necesario desarrollar una intensa labor de divulgación a la
población sobre cada medida que vayamos adoptando y al mismo tiempo, mantener
los pies y los oídos bien atentos y pegados a la tierra, para superar los
obstáculos que encontremos y rectificar rápidamente los fallos que cometamos en
su aplicación.



Estamos convencidos de que el principal enemigo que enfrentamos y enfrentaremos
serán nuestras propias deficiencias y que por tanto, una tarea de tamaña dimensión
para el futuro de la nación, no podrá admitir improvisaciones ni
apresuramientos. No renunciaremos a hacer los cambios que hagan falta, como nos
indicó Fidel en su reflexión de ayer, los que efectuaremos al ritmo que
demanden las circunstancias objetivas y siempre con el apoyo y comprensión de
la ciudadanía, sin poner nunca en riesgo nuestra arma más poderosa, la unidad
de la nación en torno a la
Revolución y sus programas.



Sin el menor afán de chovinismo, considero que Cuba está entre el reducido número
de países del mundo que cuentan con las condiciones para transformar su modelo
económico y salir de la crisis sin traumas sociales porque, en primer lugar,
tenemos un pueblo patriótico, que se sabe poderoso por la fuerza que representa
su unidad monolítica, la justeza de su causa y preparación militar, con elevada
instrucción y orgulloso de su historia y raíces revolucionarias.



Avanzaremos con decisión a pesar del bloqueo norteamericano y las adversas
condiciones imperantes en el mercado internacional, que se expresan, entre
otras, en las restricciones para el acceso de Cuba a fuentes de financiamiento
y la espiral de los precios del petróleo, que arrastra al resto de las materias
primas y los alimentos; en pocas palabras, se encarece todo lo que adquirimos
en el exterior.



A pocos meses de iniciado el 2011 y según datos muy recientes, ya se eleva a
más de 800 millones de dólares el costo adicional de las importaciones del año,
sólo por el incremento de los precios, para adquirir las mismas cantidades planificadas,
lo que nos obligará en cuanto termine el Congreso a realizar ajustes al plan
aprobado en diciembre pasado.



En estos momentos el ahorro de recursos de todo tipo continúa siendo una de las
fuentes principales de ingresos del país, pues todavía existen gastos
irracionales e inmensas reservas de eficiencia que debemos explotar con mucho
sentido común y sensibilidad política.



Pese al aceptable comportamiento obtenido hasta la fecha en la entrega de
tierras ociosas en usufructo, al amparo del Decreto-Ley 259 del 2008, aún
persisten miles y miles de hectáreas de superficie cultivable esperando por
brazos dispuestos a extraerle los frutos que tanto demanda la población y la
economía nacional y que podemos cosechar en nuestros campos para sustituir las
cada vez más costosas importaciones de muchos productos, que hoy benefician a
suministradores extranjeros, en lugar de a nuestros campesinos.



Lo primero que debemos hacer es cumplir lo que acabamos de aprobar en este
evento y por ello no es fortuita la decisión de que el Comité Central analice
en sus plenos, al menos dos veces al año, cómo se cumplen los acuerdos del
Congreso, en particular la marcha de la actualización del modelo económico y la
ejecución del plan de la economía.



En este sentido, debo resaltar la trascendencia de la tarea asignada a la Comisión Permanente
del Gobierno para la
Implementación y Desarrollo, la cual conducirá armónicamente
los esfuerzos y acciones de los organismos y entidades nacionales involucrados
en la actualización del modelo económico con el apoyo, en particular, del
Ministerio de Economía y Planificación, que constituye el Estado Mayor del
Gobierno para esta actividad del quehacer nacional.



Por otra parte, nuestros diputados tienen un mayor trabajo por delante, ya que
los Lineamientos aprobados por el Congreso serán sometidos al análisis de la Asamblea Nacional
del Poder Popular, para su ratificación legislativa en los sucesivos períodos
de sesiones, a medida que vayamos completando la elaboración de las normativas
legales correspondientes.



Como ustedes escucharon, el Congreso acordó convocar para el 28 de enero del
próximo año, fecha en que se cumple el 159 aniversario del nacimiento de José
Martí, la
Conferencia Nacional, la cual en la práctica será una
continuación del 6to Congreso, dedicada a valorar con realismo y espíritu
crítico la labor del Partido y también precisar las transformaciones requeridas
para ejercer el papel de fuerza dirigente superior de la sociedad y el Estado
que le corresponde en virtud del Artículo cinco de la Constitución de la República. Asimismo,
acordamos otorgar a dicha Conferencia facultades para actualizar los métodos y
estilo de trabajo, estructuras y política de cuadros, incluyendo ampliar y
renovar el Comité Central.



Como se expresa en su convocatoria, la Conferencia Nacional
estará presidida por la determinación de “cambiar todo lo que debe ser
cambiado” contenida en la brillante definición del concepto Revolución del
compañero Fidel.



Para alcanzar el éxito, lo primero que estamos obligados a modificar en la vida
del Partido es la mentalidad, que como barrera sicológica, según mi opinión, es
lo que más trabajo nos llevará superar, al estar atada durante largos años a
los mismos dogmas y criterios obsoletos. También será imprescindible rectificar
errores y conformar, sobre la base de la racionalidad y firmeza de principios,
una visión integral de futuro en aras de la preservación y desarrollo del
Socialismo en las presentes circunstancias.



En materia de política de cuadros, con la elección del nuevo Comité Central, su
Secretariado y el Buró Político, presentados en la mañana de hoy, hemos dado un
primer paso para cumplimentar lo que acordamos en el Congreso, muy
especialmente en lo que se refiere a iniciar un proceso gradual de renovación y
rejuvenecimiento de la cadena de cargos políticos y estatales, al tiempo que se
mejoró, de manera sustancial, la composición racial y de género.



El Comité Central quedó integrado por 115 miembros, de los cuales 48 son
mujeres, el 41.7 por ciento, lo que más que triplica la proporción alcanzada en
el congreso anterior, que fue del 13.3 por ciento. Los negros y mestizos son
36, creciendo en un 10 por ciento su representación, que asciende ahora al 31.3
por ciento.



Este resultado, que repito es un primer paso, no es fruto de la improvisación.
El Partido, desde hace varios meses, venía trabajando con profundidad en esta
dirección con el propósito de conformar una candidatura que tuviera en cuenta
la necesidad de lograr proporciones justas de género y raza en la membresía del
Comité Central.



Fueron seleccionados de la gigantesca cantera de graduados universitarios y
especialistas calificados, que la
Revolución no perdió tiempo en formar. Son hijos de la clase
obrera, surgidos de las entrañas más humildes del pueblo, con una vida política
activa en las organizaciones estudiantiles, la UJC y el Partido; jóvenes que en su mayoría
cuentan con más de 10, 15 ó 20 años de experiencia en la base, sin dejar de
trabajar en las profesiones que estudiaron y casi todos fueron propuestos por
los núcleos donde militan, como parte del proceso de preparación del Congreso.



Nos corresponde en lo adelante darles seguimiento y proseguir su formación para
prepararlos en interés de que progresivamente, con su trabajo, puedan ocupar
responsabilidades superiores.



En la integración de los órganos superiores del Partido, no obstante la salida
del Comité Central de 59 compañeros, la mitad de sus miembros efectivos, la
mayoría de ellos con una positiva hoja de servicios a la Revolución; nos
mantuvimos varios veteranos de la generación histórica y es lógico que así sea,
como una de las consecuencias de las deficiencias cometidas en este ámbito,
criticadas en el Informe Central, que nos han impedido contar hoy con la
reserva de sustitutos maduros y con experiencia suficiente para asumir el
relevo en los principales cargos del país.



Por consiguiente, seguiremos adoptando medidas similares en esta decisiva
dirección durante la próxima Conferencia Nacional del Partido y en la vida
diaria de nuestro quehacer partidista, gubernamental y estatal.



El compañero Fidel Castro Ruz, fundador y Comandante en Jefe de la Revolución Cubana,
nos dio el primer ejemplo de actitud consecuente en esta materia, al solicitar
expresamente no ser incluido en la candidatura del Comité Central.



Fidel es Fidel y no precisa de cargo alguno para ocupar, por siempre, un lugar
cimero en la historia, en el presente y en el futuro de la nación cubana.
Mientras tenga fuerzas para hacerlo, y afortunadamente se encuentra en la
plenitud de su pensamiento político, desde su modesta condición de militante
del Partido y soldado de las ideas, continuará aportando a la lucha
revolucionaria y a los propósitos más nobles de la Humanidad.



En lo que a mí respecta, asumo mi última tarea, con la firme
convicción y compromiso de honor de que el Primer Secretario del Comité Central
del Partido Comunista de Cuba tiene como misión principal y sentido de su vida:
defender, preservar y proseguir perfeccionando el Socialismo y no permitir jamás
el regreso del régimen capitalista.



En el Buró Político, como podrán observar, se refleja una adecuada proporción
de Jefes principales de las Fuerzas Armadas Revolucionarias. Es natural que sea
así, lo cual fundamento citando las palabras del compañero Fidel en el Informe
Central al Primer Congreso del Partido:



“El Ejército Rebelde fue el alma de la Revolución. De sus
armas victoriosas emergió libre, hermosa, pujante e invencible la patria nueva…
Cuando se fundó el Partido… nuestro ejército, heredero a su vez del heroísmo y
la pureza patriótica del Ejército Libertador y continuador victorioso de sus
luchas, depositó en sus manos las banderas de la Revolución y fue a
partir de ese instante y para siempre su más fiel, disciplinado, humilde e
inconmovible seguidor”. Fin de la cita.



Tengo sobradas razones para proclamar que las Fuerzas Armadas Revolucionarias,
de las cuales albergo el orgullo de haber sido ministro por casi 49 años, nunca
renunciarán a cumplir ese papel al servicio de la defensa del pueblo, del
Partido, de la Revolución
y el Socialismo.



La condición de miembro del Comité Central, si bien en parte había sido hasta
ahora un reconocimiento a la trayectoria de lucha de los elegidos, lo cual fue
justo, a partir de este momento deberá predominar el concepto de que en
esencia, esa categoría representa una enorme responsabilidad frente al Partido
y el pueblo, pues entre congreso y congreso, el Comité Central es el organismo
superior de dirección partidista y le corresponden, según los estatutos, amplias
facultades en el control de la aplicación de la política trazada y los
programas de desarrollo económico y social del país, así como en la política de
cuadros y la labor ideológica, entre otras.



En consonancia con ello, se requiere elevar la preparación y superación
constante de sus miembros, ya que nos proponemos utilizar activamente al Comité
Central en la materialización de los acuerdos del Congreso, como foro para
analizar de modo colegiado, sin asomo de formalismo, los principales temas de
la vida del Partido y la nación.



Lo propio haremos en el Buró Político, como le compete, por ser el organismo
superior de dirección entre los plenos del Comité Central.



El Buró Político se compone de 15 miembros, reduciéndose en comparación con el
anterior de 24 integrantes, cantidad que en la práctica resultó excesiva. En él
ingresaron tres nuevos compañeros: Mercedes López Acea, Primera Secretaria del
Comité Provincial del Partido en La
Habana; Marino Murillo Jorge, Vicepresidente del Consejo de
Ministros y Jefe de la
Comisión Permanente del Gobierno para la Implementación y
Desarrollo y Adel Yzquierdo Rodríguez, quien recientemente fue nombrado
Ministro de Economía y Planificación.



Estas promociones no son casuales, en el primer caso obedece a la prioridad que
el Partido concede a su labor en la capital, de más de dos millones de
habitantes y en los restantes compañeros, responde a la significación
estratégica de la actualización del modelo económico y el desarrollo de la
economía nacional.



Mantendremos la útil práctica de reunir de conjunto, semanalmente, a la Comisión del Buró
Político con el Comité Ejecutivo del Consejo de Ministros, para evaluar los
asuntos fundamentales del acontecer nacional, al tiempo que continuaremos
propiciando la participación en las sesiones mensuales del Consejo de
Ministros, según los temas a debatir y en calidad de invitados, a los miembros
del Buró Político y del Secretariado del Comité Central, el Consejo de Estado y
la presidencia de la
Asamblea Nacional; los cuadros centro de la Central de Trabajadores de
Cuba (CTC), demás organizaciones de masas y la UJC, al igual que a los primeros secretarios de
los comités provinciales del Partido y los presidentes de los consejos de la Administración
Provincial.



Este método ha probado su eficacia para trasmitir, sin
intermediarios, a los principales dirigentes de todo el país, informaciones
indispensables y orientaciones para el desempeño de sus responsabilidades.



Finalmente, a ninguno de nosotros escapa la importancia histórica que revistió
para el destino de la
Revolución la aplastante derrota a la invasión mercenaria de
Playa Girón, como resultado de la firme, incesante y decidida acción de
nuestros combatientes, que bajo el mando directo del Comandante en Jefe Fidel
Castro, quien se mantuvo todo el tiempo en el teatro de operaciones donde se
libraban las acciones combativas, destrozaron, en menos de 72 horas, el intento
del gobierno de los Estados Unidos de crear una cabeza de playa en un apartado
rincón de la patria, al cual pretendían trasladar después, desde una base
militar en la Florida,
un gobierno títere que solicitara a la Organización de Estados Americanos, la
tristemente célebre OEA, la intervención militar de fuerzas norteamericanas,
ubicadas en aguas muy cercanas, acompañando al contingente mercenario desde su
salida de costas centroamericanas, como ya habían hecho en Guatemala en 1954
siete años antes, al derrocar al gobierno progresista de Jacobo Arbenz.



Sirva la ocasión para repetir las palabras de Fidel en el décimo quinto
aniversario de la Victoria,
el 19 de abril de 1976 cuando dijo: “A partir de Girón todos los pueblos de
América fueron un poco más libres” fin de la cita.



En Girón por primera vez fue empleado en defensa del socialismo en Cuba el
armamento suministrado por la entonces Unión Soviética pocos meses antes, sin
apenas haberlo podido asimilar completamente. Es justo, un día como hoy,
reconocer que sin la ayuda de los pueblos que componían aquel inmenso país, en
especial el pueblo ruso, la
Revolución no hubiera podido sobrevivir en los años iniciales
ante las crecientes y continuas agresiones del imperialismo y por eso les
estaremos eternamente agradecidos.



Nuestra gratitud, un día como hoy, a los actuales países socialistas por su
invariable cooperación y apoyo en todos estos años de duras batallas y
sacrificios.



Los pueblos hermanos del Tercer Mundo, en especial los de América Latina y el
Caribe, que se esfuerzan por transformar la herencia de siglos de dominación
colonial saben que siempre contarán con nuestra solidaridad y apoyo.



Un caluroso saludo fraternal a los partidos comunistas y demás fuerzas
progresistas de todo el planeta, que luchan sin cesar, partiendo de la firme
convicción de que un mundo mejor es posible.



También deseo expresar el reconocimiento del pueblo cubano a todos los
gobiernos que, año tras año, han reclamado con su voto y con su voz, en las
Naciones Unidas, el cese del bloqueo económico, comercial y financiero impuesto
por los Estados Unidos a Cuba.

Finalmente, llegue nuestro agradecimiento a todas y todos aquellos que de uno u
otro modo participaron en la exitosa organización y aseguramiento de este
Congreso.



Creo que no existe mejor modo de celebrar el 50 aniversario del Día de la Victoria en Playa Girón,
que clausurar este histórico Congreso del Partido con el simbolismo que
encierra la “Elegía de los Zapaticos Blancos” del Indio Naborí, declamada
vibrantemente por el actor Jorge Ryan y las emocionadas palabras de Nemesia, la
niña carbonera que vio morir indefensa a su madre y las heridas producidas a su
abuela y dos hermanos por la acción asesina de aviones pintados con las
insignias cubanas y cuyos zapatos blancos, perforados por la metralla enemiga,
se exponen en el museo de Playa Girón, como constancia material de que la Revolución se mantiene
victoriosa 50 años después, rindiéndole honor a sus caídos.



Muchas gracias



Cuba: Raúl Castro clausura 6to Congreso del PCC (Fragmento I)





Cuba: Raúl Castro clausura 6to Congreso del PCC (Fragmento II)





 



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